miércoles, 19 de enero de 2011

Algo se detuvo en punto muerto

y fue tan grande ese silencio, 
fue tan grande el desamor.
Restos de un navío que encallaba 
yo te quise, yo te amaba, no se bien lo qué pasó.
Cuando los jazmines no perfuman,
cuando sólo vemos bruma,
cuando el cuento terminó,
todo nos parece intrascendente,
no es cuestión de edad o suerte,
de esto se trata el amor.
Tengo que correr,
tienes que correr a toda velocidad.
Veo tus pupilas descubriendo algún Chagall en el invierno,
creo del '83 yo estoy a tu lado revolviendo,
ordenando libros viejos que leí pero olvidé.
Besos de tu madre en el teléfono
y la lluvia es un espejo que me ayuda a verte bien,
oigo tu sonrisa que ilumina el estudio
y la cocina entre las copas y el café.
Sabe amargo el licor de las cosas queridas
se acabó lo mejor.
¿Quién nos quita esta herida?
Tu me pierdes a mí,
yo te doy por perdida.
Es la hora de huir, 
la despedida.
Tengo que correr,
tienes que correr a toda velocidad,
a toda velocidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario