jueves, 3 de marzo de 2011

Vos y tu tiempo.


Cuando menos lo esperaste
todo como llegó
se fue,
las ventanas quedaron abiertas,
las paredes manchadas,
y tu cama desarmada.
Los domingos también sangran,
las agujas están clavadas,
tu artefacto no lo percibe,
y es mi recuerdo quien te sigue.
Sos tan gris como la tormenta,
y yo sólo río,
sonrío.
Vos y tu tiempo no me alcanzan.
Vomito tu desprecio
y soy feliz con eso.

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